jueves, 31 de julio de 2008

Ya empecé mis tratativas...

... para viajar en FEBRERO 2009. Próximamenmte mapas y guías y todo eso que incluye la planificación. Incluído un viaje en tren de 10 días aprox.


=))

qué ganas!!!

miércoles, 16 de julio de 2008

Mi opinión de los hechos

Hace unas semanas atrás escribía un post que me encanta leer, ese del balcón. Es más, creo que voy a cambiarle la fecha de posteado para que sea el primero que vea cada vez que entre a mi blog. En cambio el anterior a este no me gusta mucho: uno se da cuenta cuando algo está escrito con amor y dedicación y cuando posteás por postear- lo cuál incluye una multiplicidad de factores que no vienen al caso. Tampoco voy a decir que una u otra cosa esté bien o mal. Es así y punto.
Creo que ese post particularmente me gusta porque expresó muy bien lo que sentía en ese momento, algo casi raro de encontrar por acá. Creo que un lugar en el que muchas personas merodean definitivamente no es propicio para comentar cada una de las cosas que experimento y por eso no estoy interesada en ser descubierta entera. La distinción entre lo público y lo privado, que existe si uno así lo quiere.
Hecha esa introducción, en este caso voy a hablar de cómo me sentí al haber participado de la manifestación masiva que hubo en el Monumento a/de los Españoles. Ya anteriormente había ido a la Plaza de los dos Congresos a ver qué onda, las cosas que la gente expresa en ámbitos de participación pública, cómo conviven ideologías opuestas en algunos metros de distancia. Quizás también sirve para medir las dimensiones, notar que muchas veces por tele estamos viendo un escenario que dista mucho de la realidad, que parecería ser algo monstruoso y al verlo con tus ojos bueh, resulta que no era la gran cosa. Ese día me llamó la atención por ejemplo cuánta gente había dando vueltas por ahí aún siendo un domingo, muchas familias con hijos que parecían estar tomando el acudir a las carpas como paseo, algunos turistas, y yo con mi alimento para palomas, como si fuera una turista más del lugar. Sería agrandar mucho la cosa diciendo que cada uno que pasaba realmente estaba buscando interiorizarse respecto de la resolución 125 y demás, pero quizás para la realidad social del momento era suficiente que se interesaran en ir a ver de qué se trataba.
Lo de hoy no me lo iba a perder, de ninguna manera. Creo que la historia es siempre mejor contarla desde lo que uno vive y no desde lo que te cuentan porque siempre se omite algún detalle -voluntaria o inconcientemente-. Como lo que estoy haciendo ahora: mi parecer posiblemente sea diferente a lo que otra persona sintió en el mismísimo lugar.
Ya desde ayer venía preparándome, escuchando que se iba a armar lío, que esto, que lo otro. No voy a entrar en detalles más minuciosos en relación al gobierno y por qué no fui a esa marcha y a ésta sí, lo único que voy a decir al respecto es que me genera contradicción. Contradicción porque no me cierra en su totalidad, no les creo. No le creo a alguien que tiene que pagar para que lo vayan a aplaudir, me parece subestimar la voluntad y/o dignidad de las personas. Tampoco es que estando de acuerdo con ciertos lineamientos de las agrupaciones agrarias avales al 100% todo lo que dicen. Lo de Barrionuevo es capítulo aparte, mejor tener alejadas a esas personas.
Hoy me levanté y la verdad no sabía si ir o no. No porque me fuera a dar miedo ni mucho menos, sino por la complicación en los accesos a capital. Entonces empecé a darme cuerda, y me fui. Darme cuerda es principalmente un recurso para evitar tener que ecsucharlo a Feinman comentar lo que fue el acto: lamentablemente muchas veces consiguen las mejores imágenes y la única manera de verlo es en MUTE.
Bajamos en Plaza Italia, tuvimos suerte que funcionaban los subtes. De ahí caminando por Sarmiento hasta Libertador. Elegimos mal la verdad, el escenario estaba montado sobre Libertador pero en dirección a Coronel Díaz, razón por la cuál quedamos justo detrás: no se veía nada. Igial no daba moverse, ya estaba bastante lleno inclusive en esa parte. Vi banderas de la C.C.C, del MST y del Partido Socialista. Ahí entendí que no me había equivocado de acto.
Muy emocionante, ya desde que llegamos era como estar yendo por Udaondo a algún recital, la adrenalina, la parálisis que genera ver tanta gente junta. Esa misma sensación de desahogo, la necesidad de expresarse, de pensar que la sola presencia es importante. Que no somos un número, un voto. La democracia no es eso, nunca lo fue. Inclusive está bueno recordar que siempre estas manifestaciones son una respuesta a la opresión: cuando una persona siente que se la respeta o escucha el costo de levantarse del sillón de su casa es mayor. Quizás sea la manera en que se aprenda a hacer valer el rol ciudadano, tal vez es necesario que la gente esté más en la calle y que todos tengan la posibilidad de expresarse.
Me pregunto cuándo las personas postergadas van a dejar de ser botín, qué gobierno se va a encargar de darles un futuro de oportunidades y no el choripán y el plan social. Ese es el verdadero debate de fondo, y era hora de que la sociedad se despertara.

viernes, 4 de julio de 2008

del por qué NO a la ropa incómoda

Bueno. Resulta ser que desde que no soy más estudiante tengo absoluta libertad de vestirme como se me dá la gana. No es que antes fuera a superproducirme- menos teniendo en cuenta que había días en los que me levantaba a las 5.30 y a penas lograba mantenerme en pie para vestirme.
Desde que empecé la facultad dejé de peinarme a la mañana, al igual que mi desayuno empezó a limitarse a un té con limón o un mate cocido, y si tenía la suerte de contar con algún alfajor, era para el camino. La ropa dispuesta sobre la cama vacía, la que dejó mi hermana cuando afortunadamente se fue a vivir sola- ahora con su novio Marian. Digamos que no era la gran producción, pero mínimo combinación de colores, tampoco mamarracho.
Esa rutina se mantuvo a rajatabla los 2 primeros años que vivía en mi casa. El tercero, bueno. Ahí aprendí lo que era hacer todo como se pudiera. Si los primeros años llegaba con 20 min de anticipación, los últimos 2 era correr desde L. M. Campos para llegar con escasos 2 minutos- Encima era como la hora pico de los boludos como yo que llegaban tarde, entonces entre el ascensor y las escaleras y la cola de personas en cada lector, terminabas rogando y apurando a los que tenías adelante- Eso fue, claro, hasta que un día me olvidé la tarjeta para registrar asistencia y tuve que pagar otra. Desde ese día mi vida cambió - guaaau-, porque la sobrante se la di a mi mejor amigo y cuando veía que se me hacía tarde le encomendaba que me la pasara. Como verán, la corrupción está en nuestra escencia- y en boludeces como esta. Más tarde ambos portamos clones de nuestras tarjetas universitarias, y los llamados empezaron a ser más frecuentes...
Retomo. Lo único genial de no ser universitaria es no tener que levantarme tan temprano. Aún así, creo que no me molestaría tener que hacerlo de nuevo. El detalle de la ropa, bueno. Sí, es cierto. Vivo más cómoda, puedo sentarme indiecita como tanto me gusta cada vez que mi cola se apoya sobre base plana. Puedo ponerme lo primero que encuentro en el placard, aunque confieso que el jogging no quiero usarlo tanto porque temo acostumbrarme a tan exagerada comodidad. Y todos eramos felices hasta que se me ocurrió ponerme una polera de modal con espandex que tenía por ahí guardada, comprada como mínimo hace 2 años y usada con suerte 1 vez. DIOS. qué tortura. La única ropa de modal que tengo es esta polera y otra más igual, pero de otro color- De hecho siempre pensé que la ropa de modal es lo más horrible que puede haber sobre el planeta, y más de estas con espandex que te hacen notar hasta el lunar de la espalda. Yo que soy chata como una plancha puedo darme el lujo de que me aprieten, total no hay mercadería para ofrecer. Aún así, esta cosa que amatambra definitivamente no sienta porque nos hace ver como un bloque uniforme de tela de color.
Pienso en qué mierda estaba pensando cuando la compré. Peor, pienso en qué mierda estaba pensando para comprar 2 iguales. Y no hay respuesta.
Pero hoy tenía puesto el push up, hacedor de milagros. Entonces ya no era un torso triste, sino que llegaba a verse de perfil que había algo sugerente, aunque nunca exuberante. De repente la polera de modal ya no era mi enemiga.
Todo eso hasta que después de una hora puesta, empecé a tener una leve molestia en el cuello. El cuello de la polera es tan largo que tuve que doblarlo a la mitad, razón por la cual lentamente el mismo mutó en arma letal. Qué molesto. De a ratos se puede apreciar la imagen de quien suscribe estirando el cuello con la vana esperanza de que el espandex ceda y deje de apretar. No fue el caso, se le puede criticar cualquier cosa menos que es de mala calidad.
Un par de horas después, usando esta mismísima máquina, empieza a dolerme la cabeza. No hay dudas, es la polera que de a poco está alterando mi integridad física. Pero mantiene tan bien la temperatura corporal, que por primera vez en varias semanas puedo llegar al baño caliente de la noche sin frío. Y no me la saco.
Me duermo la siesta con la polera puesta. Me levanto y sigo con dolor de cabeza, encima siento que tengo el cuello tirandome la cabeza hacia adelante. Me duele.
Me doy por vencida, yo sabía que no tenía que usarla. Me la saco y quedo en remera. Tengo frío pero vuelvo a estar como nueva.