jueves, 30 de octubre de 2008

Del bloque emo

Hay días que son particularmente raros. No sé si sea la ansiedad o qué, pero estoy durmiendo horrible. Lo mismo, tampoco me dan ganas de dormir, ni comer, ni nada. Alguien decía que ya vamos a tener tiempo de sobra para dormir, y podría quejarme de tener que estar todo el día encerrada en el cuarto escribiendo, pero tampoco tengo ganas de quejarme. Supongo que se resume a tener alguna razón para levantarse y nada más.
También hay veces en las que por un momento me pongo a pensar en todas esas cosas que me dan miedo. Ahí es cuando caigo y asumo mi vulnerabilidad, como si tuviera la necesidad de ser inmortal y, egoístamente, imprescindible.
Anoche me dormí llorando, lógicamente hoy estoy de pésimo humor.

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